viernes, 5 de abril de 2019

Nuestra privacidad y nuestros derechos.



Para empezar creo que no existe una privacidad para los usuarios, sino que esa privacidad en cualquier momento puede ser pública ya que muchas veces ese derecho a la protección de datos se ve vulnerado. Los jóvenes deberíamos tener más educación de la nueva era digital y de las consecuencias que puede tener que colguemos datos personales en Internet ya que cada vez empezamos a tener acceso a Internet en edades más tempranas y esto hace que las grandes empresas como Facebook y Google tengan mucha información sobre nosotros y más control sobre la sociedad. Este control debería ser más positivo ya que ¿Cómo puede ser que se vendan armas ilegales por Internet? ¿Qué podamos comprar personas? ¿Qué la gente pueda contratar a un sicario? ¿Quién permite eso? Todo este lado de Internet es el lado oscuro que debería estar más controlado.

Al igual que pienso que las condiciones de privacidad que aceptamos (sin leer) cuando nos descargamos nuevas aplicaciones o accedes a algunas páginas deberían ser más sencillas y concretas para poder leerlas sin necesidad de que se te haga pesado. Nos fiamos que en esas condiciones de privacidad nunca pondrá nada que pueda ir en contra de nuestros derechos de protección y privacidad pero es al revés, como hemos visto en clase aceptamos cosas como: “podrán acceder a nuestros datos si en algún momento fuera necesario” pero, ¿Quién decide cuando es necesario? Si trabajas en una gran empresa que sea importante ¿Es necesario que accedan a tu perfil de usuario y sepan todo sobre ti?...

También pienso que los nuevos avances, las tecnologías y la era digital en la que vivimos tiene muchas cosas en contra, aunque tienen cosas a favor por ejemplo, que puedes tener acceso al aprendizaje mucho más rápido y de manera más cómoda.  Otra cosa a favor es que este control de la privacidad puede ser una alerta temprana que ayuda a prevenir atentados, ataques, suicidios o incluso asesinatos.

En conclusión creo que se debe buscar una relación de equilibrio que no se un freno para las cosas positivas de los avances tecnológico, pero que tampoco sea una violación continuada contra nuestros derechos fundamentales de la privacidad y protección de datos.